A la hora de transportar productos químicos, tanto si es materia prima o producto final, debemos tener en cuenta que se trata de mercancías peligrosas, por lo que su trato debe ser específico y conforme a una legislación y normas vigentes que nos indican su manipulación para minimizar riesgos.

Para diferenciarlos, podemos clasificarlos en tres categorías distintas:

  • Básicos: tienen una estructura química simple y se producen en grandes cantidades. Entre ellos encontramos el amoniaco, el cloro, la acetona, óxido de etileno o glicerina, entre muchos otros.
  • Especiales: son químicos constituidos por diferentes sustancias diseñadas para tratamientos específicos. Unos ejemplos de estos químicos son: adhesivos, agroquímicos, materiales de limpieza, polímeros o gases industriales, entre muchos otros.
  • Finos: son sustancias con características químicas muy concretas, pero se producen a pequeña escala, como productos para el revelado de fotografías, recubrimientos especiales o aditivos industriales, por ejemplo.

Desde Fernández y Aedo, garantizamos que poseemos el conocimiento para clasificar y reconocer estos químicos, así como para transportar tu carga de manera segura. ¡Pídenos tu presupuesto!