A continuación, te presentamos una entrevista con Gabriel Fernández, uno de los miembros de nuestro equipo de trabajo. En esta entrevista, podrás conocer más acerca de su perspectiva y experiencia laboral. ¡No te la pierdas! Descubre cómo es trabajar en nuestra empresa a través de la visión de uno de nuestros empleados.
El mundo del camión lo conoce desde pequeño. Su propio padre, camionero de profesión, le convenció para que estudiara una carrera y así tener la opción de ejercer otra profesión. Por eso, Gabriel estudió periodismo, le gustaba, llegó a trabajar en Radio Euskadi, pero con el camión se ganaba más. Así que se puede decir que finalmente decidió seguir la tradición familiar. Lleva trabajando en Fernández y Aedo desde abril de 1995. Recuerda perfectamente su primer viaje, iba acompañado, cargaron en Lutxana, de ahí fueron a Lodosa a descargar y de ahí a Burgos y después a Asturias. Descargaban y cargaban, y hacia otra empresa…
Después, se pasó de recorrido nacional a Internacional, el viaje a Bélgica es largo, pero tranquilo, prácticamente siempre se cumplen los horarios, eso si, hay que intentar evitar París a según qué horas para sortear los atascos. Esta ruta dura de lunes a viernes, así que los fines de semana ha podido siempre estar con su familia, su mujer y sus dos hijas que ahora tienen 23 y 26 años. Además las vacaciones y fechas señaladas, se conciertan con la empresa sin problema.
Gabriel en principio parece persona de pocas palabras, pero se adivina que ese carácter reservado es más bien aparente. Es aficionado a la informática, resuelve problemas a otros camioneros que le piden ayuda con la tecnología. En todo caso se le ve sereno y disciplinado, características muy valiosas en un profesional del transporte. Le gusta conducir, la libertad de dirigirlo todo y el estar a su aire.
De su ruta le gustan especialmente los pequeños pueblos de Francia y más que de amaneceres, es de paisajes nevados, eso sí, siempre que no haya nieve en la carretera. En transportes de sustancias peligrosas cabe preguntarse si se genera cierta inquietud en los viajes pero según Gabriel está todo bajo control. Él conoce bien su máquina, su ruta, y sobre todo las características de su cisterna que serán diferentes dependiendo de la sustancia que contenga. Pero sobre todo trabaja tranquilo porque sabe que la cobertura de la empresa Fernández y Aedo es total, resuelven cualquier situación que surja y en cuanto a seguridad los conductores están provistos de trajes especiales, EPIS, máscara para gases, gafas de protección y un largo etc..
Está cómodo en Fernández y Aedo porque es una empresa familiar, con las ventajas que eso supone a la hora de sentirse valorado y acompañado, pero también porque ve que es una empresa que ha sabido evolucionar, de ser local con recorridos nacionales a hacer recorridos más largos e internacionales, y que a pesar de que el futuro del sector parece complicarse por la falta de camioneros, ya que los jóvenes valoran más la conciliación familiar y no quieren pasar tiempo fuera de casa, confía plenamente en el futuro de esta empresa que históricamente ha conseguido adaptarse a todo.
Gabriel fue autónomo con su propio camión hasta que tuvo una gran avería y paso a ser chófer a cargo de la empresa. Hubo un momento que se planteó opositar para funcionario y dejar la conducción, aunque al parecer el destino ha querido que su futuro siga ligado a Fernández y Aedo, pero ahora como jefe de tráfico, encargándose de la logística y organizando los viajes según las necesidades de los clientes. Supone una nueva etapa en su carrera, un gran cambio, ilusionante para la que se siente más que preparado.
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