El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pretende revolucionar la lucha contra el cambio climático mediante la transformación del dióxido de carbono en combustible limpio y de calidad.
Silvia Morales de la Rosa, líder del proyecto FuelGAE en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC), encabeza un consorcio internacional de 13 investigadores financiado con 5 millones de euros por el programa ‘Horizonte Europa’ de la Unión Europea.
El objetivo que tienen es encontrar un método eficaz para transformar las emisiones de CO2 en biocombustibles y bioproductos, contribuyendo al compromiso de neutralidad climática para 2050.
En este emocionante proyecto, las algas son las protagonistas. FuelGAE desarrollará plantas piloto de microalgas seleccionadas para la producción masiva de combustibles líquidos complejos, utilizando flujos de emisión de CO2 de la biorrefinería y las industrias intensivas en energía. Cada cepa de microalgas se adaptará específicamente a las distintas contaminaciones de cada industria y variante de emisión.
Para ello, se están explorando diversas tecnologías, como la producción selectiva de microalgas para obtener polisacáridos o lípidos, tratamientos con la biomasa de las microalgas y sistemas innovadores con catalizadores.
Silvia Morales de la Rosa destaca: «Esta iniciativa demuestra que es posible eliminar las emisiones de CO2, causantes del efecto invernadero, de manera sostenible y a precios competitivos, contribuyendo a la transición hacia un sistema energético libre de combustibles fósiles para 2050.»
Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos, especialmente en cuanto al coste energético de los procesos basados en microalgas. El equipo del ICP-CSIC busca superar esto mediante métodos novedosos de separación de componentes, que ahorran energía y hacen el proceso rentable desde el punto de vista económico y medioambiental.
Las tecnologías químicas innovadoras desarrolladas para FuelGAE permitirían aprovechar el biocrudo y los lípidos, convirtiéndolos en combustibles avanzados de alta calidad. Según José Miguel Campos Martín, investigador del ICP-CSIC: «Estas tecnologías son fundamentales para convertir un material difícil de manejar y de bajo valor en combustibles avanzados, utilizables en sectores difíciles de descarbonizar, como el transporte aéreo y marítimo».
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