La implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) ha generado inquietudes y preguntas entre muchos ciudadanos. ¿Qué son realmente? ¿Cómo nos impactan? ¿Puedo circular con mi vehículo? ¿Son efectivas? A continuación, aclararemos algunas de estas dudas.

Desde el 1 de enero, las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son una realidad en algunas ciudades españolas, aunque no todas las han activado aún. En total, 149 municipios en España, aquellos con más de 50,000 habitantes, deben establecer al menos una de estas áreas con restricciones. Tienen hasta finales de este año para implementarlas.

Pero, ¿qué son exactamente las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)?

Son áreas delimitadas dentro de las ciudades donde se aplican restricciones al acceso, circulación y estacionamiento de vehículos altamente contaminantes. El propósito es mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire. Hasta ahora, pocos municipios han formalizado sus ZBE.

Cada municipio ha estado trabajando en medidas para fomentar la movilidad responsable y mejorar la calidad del aire. Ahora, deben adoptar medidas adicionales en función de los logros alcanzados y los datos disponibles. Sin embargo, dado que estamos al final de la legislatura local, quienes han trabajado en estas iniciativas desde el principio probablemente cosecharán éxitos, mientras que aquellos que no lo hicieron tendrán dificultades para retomar proyectos e intenciones después del verano.

Hasta la fecha, solo Madrid, Barcelona y Sevilla (en su primera fase) han implementado las ZBE. Los demás municipios siguen trabajando en su establecimiento. La implementación de ZBE no ha convencido del todo a los conductores españoles. Según una encuesta del Observatorio RACE de Conductores, el 61% de los encuestados se opone a estas restricciones, y el 31% evitará circular en estas zonas en la medida de lo posible. Los conductores consideran que estas restricciones penalizan el uso del vehículo privado sin tener en cuenta otros factores.

En el resto de  España, al igual que en Madrid o Barcelona, el control del acceso a estas áreas protegidas se basa en las etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT). Los vehículos con etiqueta 0 (color azul, para vehículos eléctricos e híbridos enchufables) y ECO (vehículos de gas e híbridos) son los únicos que están exentos de restricciones y pueden circular libremente. Los demás vehículos tienen limitaciones.

¿Quién está obligado a implementar una ZBE?

Como mencionamos anteriormente, las ZBE afectarán a 149 municipios en España, donde residen 25 millones de personas, es decir, el 53% de la población del país según datos del INE. Sin embargo, hasta el momento, solo 20 de los 149 municipios (13%) han comenzado a presentar sus medidas para la implementación de ZBE. La ley otorga a cada ayuntamiento la autoridad para determinar qué vehículos tendrán prohibido el acceso, pero establece directrices comunes que apuntan a restringir a aquellos que carezcan de distintivo ambiental.

¿Por qué se tiene en cuenta las etiquetas de la DGT?

La Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece la necesidad de tomar medidas basándose en la clasificación de vehículos recogida en el Reglamento General de Circulación, es decir, las etiquetas de la DGT.

En 2018, la Dirección General de Tráfico emitió una orden que clasifica los vehículos en función de su nivel de contaminación y otorga distintivos ambientales en cuatro categorías.

  • Etiqueta 0 emisiones, de color azul, para vehículos altamente eficientes, como eléctricos puros, eléctricos de autonomía extendida, eléctricos híbridos enchufables con una autonomía mínima de 40 km o vehículos de pila de combustible.

  • Etiqueta ECO, de color azul, que identifica principalmente vehículos híbridos, de gas o ambas tecnologías, como eléctricos enchufables con autonomía inferior a 40 km, híbridos no enchufables, vehículos a gas natural y gas licuado del petróleo (GLP).

  • Etiqueta C, de color verde, para turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de septiembre de 2015, así como vehículos de más de 8 plazas y vehículos pesados.

  • Etiqueta B, de color amarillo, para turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2001 y diésel a partir de 2006, así como vehículos de más de 8 plazas y vehículos pesados.

Según datos recientes, el 64,6% de los vehículos en España no poseen etiqueta o tienen la etiqueta B, que son las categorías más contaminantes. Estos vehículos son responsables de más del 90% de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión.

Entonces, ¿deberían las ZBE enfocarse solo en los vehículos altamente contaminantes en lugar de aplicarse a todos?

La patronal de los fabricantes de automóviles, Anfac, argumenta que, desde una perspectiva de calidad del aire, el enfoque debería centrarse en los vehículos más antiguos (sin etiqueta o con etiqueta B), en lugar de afectar a los vehículos nuevos con etiquetas C, ECO y CERO. La prioridad debería ser reducir el impacto de los vehículos más contaminantes, que representan la mayoría de las emisiones.

¿Deberían permitirse los vehículos con etiqueta C en las ZBE?

Algunos expertos argumentan que el debate sobre las ZBE se ha centrado demasiado en la calidad ambiental y no lo suficiente en la movilidad responsable. Desde PONS Mobility, se prefiere hablar de «Zonas de Movilidad Responsable», lugares urbanos que, debido a su configuración, deben promover un modelo de movilidad orientado a las personas. El debate no debe centrarse tanto en si los vehículos tienen etiqueta C o no, sino en si los vehículos deberían o no tener acceso a determinadas zonas urbanas.

¿Habrá un enfoque común en toda España para las ZBE?

No, la aplicación práctica del modelo diseñado en el Real Decreto por el Ministerio para la Transición Ecológica depende de la decisión de cada municipio. La falta de un marco común ha dado lugar a una disparidad de criterios que confunden a los conductores y las empresas. Anfac solicita una mayor uniformidad entre las diferentes ZBE para que los ciudadanos sepan a qué reglas deben atenerse cuando viajan de una ciudad a otra.

Para abordar la falta de claridad en las regulaciones, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha desarrollado una plataforma llamada DGT 3.0 para que los usuarios y las plataformas puedan acceder a información actualizada sobre las restricciones locales y evitar multas innecesarias.

Entonces, ¿cómo sabremos que hemos ingresado a una Zona de Bajas Emisiones?

Las ciudades deberán señalizar claramente estas zonas con una nueva señal de tráfico vertical homologada que indique el espacio protegido. Junto a esta señal, deberán especificar qué vehículos pueden acceder según su distintivo ambiental.

¿Qué sucede si ingresamos a una ZBE sin la etiqueta adecuada?

La multa por incumplir estas restricciones es de 200 euros en todas las ZBE, con la posibilidad de reducirse a la mitad si se paga voluntariamente dentro de los 20 días posteriores a recibir la notificación de la sanción. Esto puede ser problemático cuando se viaja a una ciudad que no es la habitual y no se está familiarizado con los límites de la ZBE.

En resumen, las Zonas de Bajas Emisiones son una realidad en España, aunque su implementación y regulación varían de una ciudad a otra. A medida que más municipios las adopten, es importante que los conductores estén informados sobre las restricciones y las etiquetas ambientales para evitar multas y problemas al circular por estas áreas. El debate sobre cómo deberían ser las ZBE y qué vehículos deberían tener acceso a ellas sigue siendo un tema de discusión y evolución en busca de soluciones efectivas para la mejora de la calidad del aire y la movilidad sostenible.

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